Este día me trae recuerdos agridulces, pero me llevo sobre todo el recuerdo de un bello lugar. Esta vez salimos de mi querida Galicia para visitar O Porto, en Portugal. Un lugar que no había ido nunca pero y que no me quedaba tan lejos de casa. Me lleve una grata sorpresa, la verdad.
Nuestra visita fue breve, fui por la mañana y volví en la noche. Visitamos el sur de la ciudad, que es donde desemboca el rió Duero. El puente por el que cruzamos el rió es de Don Luis I, el mas famoso. Dicho puente se podia cruzar andando o en coche y ambas cosas, tanto en la parte de arriba como abajo. En la otra orilla (otro pueblo) se encuentran las bodegas del famoso vino de O Porto. Los barquitos antiguos que aparecen en las fotos eran para recorrer el rió, por la ruta de los 6 puentes, que tenia un coste de 12,5 €. No fui pero me quede con ganas.
Luego fui a los jardines del Palacio de Cristal, que no son tan espectaculares como aparentemente parecía, solo el pequeño mirador desde donde se puede ver el puente que visitamos antes. Lo que si me llamo la atención es que tenia varios pavos reales sueltos (en las fotos no se ven muy bien). A todo esto, no hay ni una foto del Palacio de Cristal, porque no encontré un encuadre que me llamara la atención, a parte de que era bastante soso y hasta puedo decir que feo. Es como una cúpula como de cristal-plástico. Y aun a día de hoy no se que es lo que hay dentro.
También estuvimos en la calle Santa Catarina, que es una de las zonas comerciales mas importantes. De esto no tome fotos.
Y creo que no se me olvida nada por contar, solo que probablemente volveré hacia las navidades y aprovechare mejor el tiempo.



















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